Como cada día, Kato llena 41 cuencos de comida, uno por cada gato. Abandonados a su suerte por sus dueños tras el desastre nuclear que asoló Fukushima el 11 de marzo de 2011. Los cuida desde hace una década y se gasta en torno a 7.000 dólares (unos 5.900 euros) al mes en el cuidado de sus mascotas.
160.000 personas abandonaron Fukushima, dejando a sus animales de compañía atrás. Ahora gracias a este hombre tienen un techo donde vivir. Sakae y su familia peluda viven en Namie, una de las zonas con acceso restringido. Su casa se ha convertido en un refugio improvisado, además no solo cuenta con gatos, sino también perros y animales que se va encontrando.
Debido a la cantidad de animales que ha ido rescatando a lo largo de estos diez años, su casa se ha ido haciendo más pequeña y ya ha ocupado otro edificio cercano que se encuentra abandonado.
The 57-year-old, a small construction business owner in his former life, says his decision to stay as 160,000 other people evacuated the area was spurred in part by the shock of finding dead pets in abandoned houses he helped demolish 5/7 pic.twitter.com/QvDprLmmMH
— Reuters (@Reuters) March 4, 2021
El japonés vive en una ciudad fantasma, las autoridades le han intentado sacar de la zona de cuarentena en varias ocasiones, sin éxito. Kato no quiere abandonar su hogar, ya que es feliz con sus animales, a pesar de la peligrosidad y la posible radiación.
En febrero el hombre, de 57 años, fue detenido por la Policía, que sospecha que podría haber sido responsable de liberar a unos cuantos jabalíes salvajes de unas trampas que había colocado el Gobierno de Japón. Aun así, los animales tienen suerte, ya que cuentan con el apoyo de algunos voluntarios hasta que su compañero vuelva a casa.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios